El tiburón
duende (Mitsukurina owstoni) es una especie de elasmobranquio lamniforme de la
familia Mitsukurinidae. El tiburón duende es el único miembro vivo de la
familia Mitsukurinidae, de los cuales, Scapanorhynchus y Anomotodon, son sus
parientes ya extintos.
El primer
tiburón duende capturado fue cerca de Yokohama en Japón, por el año de 1898.
Por su asombroso aspecto llamó mucho la atención de sus pescadores, que en
efecto habían descubierto una especie nunca antes vista. Fue nombrado como
tenguzame que en japonés significa pez duende. El animal murió una semana
después.
Otras
particularidades del tiburón duende son sus pequeños ojos y los numerosos
dientes frontales puntiagudos. Su longitud media está entre los dos y tres
metros, alcanzando un peso de 210 kilogramos. Las aletas pectorales y dorsales
son redondeadas y más bien pequeñas. El aspecto general de su cuerpo es alargado
y achatado lateralmente. Habita en lugares submarinos de los océanos Índico,
Atlántico y Pacífico, con más frecuencia en Guyana, Surinam, Portugal, Japón,
Australia, Sudáfrica y California que tienen lugar entre los 200 y 1.200 metros
de profundidad, es por esto que se tiene muy poca información sobre ésta
especie. Incluso los pocos ejemplares capturados, han sido por botes pesqueros
que lanzan sus redes a estas profundidades. De su reproducción no se tienen
tampoco datos exactos ni documentados científicamente. Por esta información
general, reducida e insuficiente, no se tiene clasificada como especie
amenazada o en peligro de extinción.
Como viven
en lugares donde no llega la luz del sol, para poder alimentarse, los tiburones
duendes poseen unos órganos sensoriales en su hocico que detectan las ondas
eléctricas y a través de ellos pueden localizar sus presas, que consisten en
peces, cangrejos, crustáceos, pulpos y calamares, entre otros.
El tiburón
duende es un organismo muy extraño. Su coloración va del rosa al gris, muy
diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en un tiburón, pero no nos
llamemos a engaños: no posee pigmentos rosados en la piel, sino que esta es
transparente y puede verse la sangre a través de los conductos capilares. No
solo la piel es rara en este animal acuático, sino que su cuerpo muestra
características inusuales. Tiene un hocico alargado y aplanado, lleno de
receptores sensitivos, llamados ampollas de Lorenzo. Su boca muestra una hilera
de dientes afilados que nacen de una mandíbula protuberante, pero suave, que lo
hace parecer una criatura fantástica.
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