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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Tiburón Duende

El tiburón duende (Mitsukurina owstoni) es una especie de elasmobranquio lamniforme de la familia Mitsukurinidae. El tiburón duende es el único miembro vivo de la familia Mitsukurinidae, de los cuales, Scapanorhynchus y Anomotodon, son sus parientes ya extintos.
El primer tiburón duende capturado fue cerca de Yokohama en Japón, por el año de 1898. Por su asombroso aspecto llamó mucho la atención de sus pescadores, que en efecto habían descubierto una especie nunca antes vista. Fue nombrado como tenguzame que en japonés significa pez duende. El animal murió una semana después.

Otras particularidades del tiburón duende son sus pequeños ojos y los numerosos dientes frontales puntiagudos. Su longitud media está entre los dos y tres metros, alcanzando un peso de 210 kilogramos. Las aletas pectorales y dorsales son redondeadas y más bien pequeñas. El aspecto general de su cuerpo es alargado y achatado lateralmente. Habita en lugares submarinos de los océanos Índico, Atlántico y Pacífico, con más frecuencia en Guyana, Surinam, Portugal, Japón, Australia, Sudáfrica y California que tienen lugar entre los 200 y 1.200 metros de profundidad, es por esto que se tiene muy poca información sobre ésta especie. Incluso los pocos ejemplares capturados, han sido por botes pesqueros que lanzan sus redes a estas profundidades. De su reproducción no se tienen tampoco datos exactos ni documentados científicamente. Por esta información general, reducida e insuficiente, no se tiene clasificada como especie amenazada o en peligro de extinción.

Como viven en lugares donde no llega la luz del sol, para poder alimentarse, los tiburones duendes poseen unos órganos sensoriales en su hocico que detectan las ondas eléctricas y a través de ellos pueden localizar sus presas, que consisten en peces, cangrejos, crustáceos, pulpos y calamares, entre otros.


El tiburón duende es un organismo muy extraño. Su coloración va del rosa al gris, muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en un tiburón, pero no nos llamemos a engaños: no posee pigmentos rosados en la piel, sino que esta es transparente y puede verse la sangre a través de los conductos capilares. No solo la piel es rara en este animal acuático, sino que su cuerpo muestra características inusuales. Tiene un hocico alargado y aplanado, lleno de receptores sensitivos, llamados ampollas de Lorenzo. Su boca muestra una hilera de dientes afilados que nacen de una mandíbula protuberante, pero suave, que lo hace parecer una criatura fantástica.

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